sábado, 21 de diciembre de 2013

BEST ABSOLUTE BANG!

- Twitter: @Paula6ramon
- Tipo: BIG BANG & B.A.P, hetero, idol x fan, serial, menores de 18 (de momento)

CAPÍTULO 2

No podía pensar con claridad, solo una palabra rondaba mi cabeza... ¡mierda! 

Podré ser muy valiente pero ese tipo realmente me aterrorizaba, no solo me había amenazado prometiéndome una feliz vida futura en el infierno sino que aparte, esos ojos rasgados realmente parecían querer volverme loca. 
Estaba apunto de salir corriendo, a refugiarme debajo de mi cama de Hello Kitty si era necesario, pero el sonido de una puerta abriéndose me dejó un poco descolocada. La puerta era la que daba acceso a la terraza en la que se encontraba mi nuevo y agradable vecino; de ella salió una chica, que a pesar de ser bastante delgada tenia una muy buena figura. 
Mi cara fue épica al darme cuenta de que la chica en cuestión estaba completamente desnuda. Se acercó a aquel rubio imponente sin importarle mi mirada atónita.

— Yongguk~aaah ¿¿Por qué no vuelves a la cama?? ¿No ves que esto es una diversión para dos? — dijo esa mujer peliteñida acercando su cuerpo desnudo al rubio, sin ningún síntoma de vergüenza.

Yong Guk no había apartado su mirada de mi y parecía estar disfrutando de mis reacciones al ver a aquella chica refregándose a el.  Al darme cuenta simplemente aparté la mirada con mi rostro apuntó de estallar por la vergüenza que esa situación me provocaba.

— ¿Te apetece unirte a nosotros? — dijo con una voz pícara mientras me miraba burlándose de mi estupefacción.

— Vete al infierno! —  contesté mientras me dirigí a la puerta que daba al interior de mi casa, totalmente ruborizada.



Las 6:35 a.m., mi despertador no paraba de sonar a pesar de que hacía cinco minutos que lo golpeaba intentando darle al estúpido botón para que se callase.

— Cariño, levántate o llegarás tarde —  pude oír a mi madre que me hablaba desde la cocina.

Me dijo exactamente lo mismo el día anterior, eso hizo que tuviese un flashback de toda la “diversión” que había tenido ese día así que me levanté enseguida, tomé una ducha rápida y me puse el uniforme. Metí todos los libros en mi mochila, los cuales había sacado la noche anterior para hacer un poco el paripé y que mi madre creyese que hacia deberes. Eso de estudiar no era precisamente mi fuerte.

Desayuné con tranquilidad las tortitas que mi madre había preparado, a pesar de que debíamos adaptarnos a nuestra nueva vida en una nueva cultura, ni dios ni nadie nos iba a quitar nuestras tortitas matutinas. 
A pesar de que quedaba una media hora para empezar las clases y me bastaban quince minutos para llegar, decidí ir saliendo para evitar encontrarme a gente indeseada. 

Me puse los cascos, encendí mi mp3 poniendo una canción al azar, subí el volumen al máximo y me dispuse a ,esta vez si, llegar al instituto a primera hora.

Era realmente una buena intención, una pena que apenas girar la primera calle me topase con uno de los rubios del día anterior.

—  Tu suerte es digna de aplausos — pensé para mi misma —  bueno, al menos no es el malhumorado aquel.
Estaba apoyado en la pared y para mi sorpresa llevaba el mismo uniforme que yo, su cara era realmente agradable, tenia los ojos cerrados, permitiendo así analizarlo completamente.

Su rostro reflejaba una felicidad digna de ser enmarcada, tenia un rostro fino y pequeño, si le hubiesen puesto una peluca hubiese pasado por una chica, mucho mas guapa que yo, perfectamente. Tenia la boca pequeña y sus finos labios un poco entreabiertos. Sin darme cuenta me había acercado a el peligrosamente, pero pude darme cuenta así de que en realidad estaba dormido.

— ¿Quién c*** se puede quedar dormido en mitad de la calle? — dije en voz baja y un poco desconcertada mientras me reía por lo bajo. Aquél era un chico raro.
Decidí no hacer más el tonto y seguir mi camino. La campana estaba sonando cuando llegué.

— Menos mal! He llegado a tiempo para estar varias horas aquí metida dado que no tengo nada mejor que hacer. — pensé malhumorada mientras entraba a la clase donde, igual que el día antes, fui el centro de las miradas.
Me dirigí al asiento que me había sido asignado, justo al lado del chico dormilón que para mi sorpresa ya se encontraba allí durmiendo, pero esta vez con su cara orientada hacia mi sitio.

— Así que hoy la cosa va de gente que se duerme en cualquier lugar no? — me dije a mi misma en tono burlón.
Después de reírme de mi propia broma, me senté y miré en el horario que clase tocaba. 

—Matemáticas, perfecto. — No hace falta decir que no había nada que detestase más que las matemáticas — ... bueno el chico rubio de la voz de ultratumba … — de repente me hallé a mi misma pensando en el chico que el día anterior a esa misma hora me tenia estampada contra una pared ofreciéndome un  futuro prometedor.

Para distraerme me puse a analizar a la marmota que tenia como compañero más cercano. Tenia el pelo negro y abundante, contrarrestaba con su piel que daba la impresión de no haber visto un mísero rayo de sol en años. 
De repente el chico abrió los ojos viendo como yo miraba empanada su pelo. Pensé que me diría  “eres una acosadora?” o algo por el estilo, pero en vez de eso solo pude oír unos gruñidos que soltó en un intento de pronunciación que al parecer no le salió muy bien.

No pude evitar reír mientras su cara se volvía de un color rojizo de los que no se ven todos los días. 

— Soy Laura,  tu nueva vecina de mesa — le dije entre risas. — ¿has dormido bien?

— Joon. — dijo y volteó su cabeza volviéndola a apoyar en la mesa e intentando conciliar el sueño de nuevo.
Ese fue mi primer intento de hacer amigos, no puedo decir que fue un éxito pero al menos sabia su nombre, algo era algo. 

En el primer descanso decidí subir a la azotea del edificio para relajarme y comer tranquilamente, me apoyé en la primera pared que vi donde había un poco de sombra y me senté. 

— ¿Otra vez tu? ¿Vienes a mirar como duermo otra vez? — oí una voz que provenía de una esquina que desde mi posición no podía ver. — O esta vez vas a hacer algo mas que acercarte y mirarme...

Mi cara se enrojeció brutalmente cuando vi aparecer al chico rubio de la mañana.

— ¿Tu... tu ...no estabas dormido? — dije tartamudeando totalmente avergonzada.
— Cómo podría estarlo teniendo una chica tan bonita como tu a escasos centímetros de mi? — contestó acercándose peligrosamente a mi cara.
Estaba en shock y totalmente avergonzada mientras sentía como la respiración de aquel chico, que horas antes parecía un ángel mientras “dormía” ,  estaba cada vez mas cerca de mi cara.

—  ¿¿¿¿Por qué no puedo tener un día normal???? — pensé para mis adentros mientras buscaba una escapatoria para aquella situación, sin resultado alguno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario