miércoles, 2 de enero de 2013

B. vs B.


- Autora: @DisabledComplex

- Tipo: BIG BANG, Block B, B.A.P, serial, hetero, +18 (mucho XD), idol x fan


CAPÍTULO 22

Me desperté sin ganas de abrir los ojos, sabía que no era por la mañana. Sentí la cabeza de Zico apoyada sobre la mía, así que me giré para darle un beso. Abrí los ojos... No era Zico.

- Eh... Yo... Am... - tartamudeó Taeil - Buenos días, yo, lo siento.
- Culpa mía, n-no te preocupes - nos pusimos rojos los dos - ¿Qué hora es? 
- Las 3 de la mañana, así que será mejor que duermas - contestó - Venga, que te llevo a la cama - rió tímidamente.

Me acompañó hasta mi cuarto y se quedó en la puerta, esperando a que me acostara.

- Buenas noches - dijo con la mano en el interruptor.
- No tengo sueño - me senté - Ven... - me froté un ojo.
- Qué pequeña es la niña - rió - Dime - se sentó en frente mía.
- ¿Dónde está Zico? - pregunté.
- Ha ido a por unas cosas, no te preocupes, ahora vuelve - me dijo.
- ¿Qué cosas? - quería más información.
- Esto... Nada, no te preocupes - no sonó muy convencido.
- Dime - insistí.
- Ya está al venir, da igual - contestó.

Entonces la voz de Zico en mi mente dijo "como te vuelva a ver llorar por su culpa le parto la cara" recordándomelo. Mierda, me levanté corriendo y me puse los primeros zapatos que vi. En pijama, salí por la puerta y empecé a correr, dejando atrás los gritos de Taeil los cuales pedían que esperara. Casi sin aliento llegué a la casa donde había estado unas cuantas horas antes. 
La puerta estaba abierta, así que irrumpí, buscando por todas las habitaciones rastro de aquellos dos. Llegué al final del pasillo y no había nada por ningún lado, solo que medaba una puerta...
Bajé las escaleras intentando no tropezarme y allí los vi. En ese preciso momento, Zico empuñaba esa famosa navaja, la cual enterró en el estómago de Ji Yong sin dudarlo un segundo, empujándolo al suelo. Sin querer grité, haciendo obvia mi presencia, tapándome la boca. Zico miró la navaja y la dejó caer al suelo, acercándose a mí, pero yo retrocedí. G-Dragon se levantó como pudo intentando abalanzarse sobre Zico. "Cuidado" grité, entonces Zico impulsivamente se volvió dándole un puñetazo al otro en la cara, haciendo que la inercia pegara su espalda a la pared. 

Me dolía ver esto pero lo peor era no saber qué me dolía más, si ver a G-Dragon totalmente indefenso o saber que Zico es uno más de este maldito juego. Subí corriendo las escaleras y me encerré en mi cuarto, intentando bloquear la puerta. No quería estar aquí, esto no era vivir. 
Busqué un bolígrafo y me senté frente a mi escritorio, rellenando ese documento rápidamente. Acabé y lo escondí, si alguien se enteraba era mi fin. 

- ¡Andrea! - Zico golpeó la puerta. 

Salí de allí para hacerle frente. Fue verle y venirme abajo, ha sido la única persona que todo lo que ha hecho, ha sido por mi bien, aunque no podía dejar a G-Dragon morir allí.

- ¿Vas a dejarlo allí? - le pregunté, él miró al suelo - No eres así, no matas a nadie.
- No lo he matado, es una simple puñalada - se intentó excusar.
- Sangra igualmente - me di la vuelta para ir al cuarto de baño.

Allí busqué todo lo que podía servirme para curarle, iba a empezar a ejercer más pronto de lo que pensaba. Encontré betadine, alcohol, algodón y esparadrapo, puede que me sirviera. 
Bajé las escaleras intentando que no se me cayera nada, con Zico pisándome los talones. Miré a G-Dragon el cual estaba sentado, apoyado en la pared, con la respiración agitada. Le miré, no pretendía decir nada, sólo que no iba a dejar que nadie muriera en mi presencia. 

- Quítate la camiseta - me hizo caso - Te va a escocer bastante, es lo único que he encontrado - le advertí.
- Da igual - sé que estaba esperando a que le devolviera la mirada, así que miré a Zico.
- Necesito que te tires en el suelo - sólo con pedirlo lo hizo.

Empecé echando un gran chorro de alcohol sobre la herida, intentando que calara un poco, para que no se infectara, haciendo que G-Dragon se quejara bastante. Quité lo sobrante con un trozo de algodón y lo tiré a una esquina de la habitación para coger otro y verter betadine en él. Rocié la herida en ese líquido amarillento para buscar un trozo de algodón bastante grande para cubrir toda esa raja, lo bañé en betadine y lo puse sobre su costado, intentando fijarlo con bastante esparadrapo.

- Listo - pegué el último trozo.
- Muchas gracias - me dijo, volcando mi corazón.
- Vuelve a hacerla llorar que te juro... - amenazó Zico.
- Vámonos, por favor - le interrumpí ya dándoles la espalda.
- ¿Te veré pronto? - me preguntó G-Dragon levantándose.
- Espero que no - me fui sin mirar atrás.

No esperé a nadie ni a nada, llegué a la puerta para ver a Taeil esperándome. Vio a Zico aparecer detrás mía, pidiéndole perdón por dejarme ir aunque Zico le contestó que no pasaba nada, sé que había estropeado sus planes. Fuimos dando un paseo, en silencio pero un paseo. 

- Taeil, siento haberte hecho correr tanto - pedí disculpas.
- Ha sido culpa mía por haber abierto la boca.

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