domingo, 21 de octubre de 2012

Love War


Twitter: http://twitter.com/MEPP19
Tipo: Yaoi, SHINee: JongTae, +18

Capítulo 2
Taemin

-¿Puedo pasar?

-¿Se puede saber que quieres ahora? Déjame en paz de una vez. - estaba enfadado, se me aceleraba la respiración por segundo, me hervía la sangre.
-Por favor, déjame pasar.

Accedí. Ambos nos sentamos en el sofá, hubo un silencio bastante incómodo. Él tenía los ojos llorosos, y una mirada de desesperación.


-¿Vas a hablar o has venido a contemplar la decoración?


Sonrió de lado.


-Dame otra oportunidad.


Oír esas palabras fue como si se me parase el corazón, si es que no llegó a pararse. Mi mente empezó a llenarse otra vez de recuerdos. Me venían a la cabeza nuestras tardes dando un paseo, nuestros desayunos en su cafetería favorita, alguna que otra noche bailando con él bajo la lluvia. Kibum había significado mucho en mi vida, demasiado. Pero se había marchado, y apareció Jonghyun en mi vida, el cual me merece mucho más que Key. Me cogió de la mano.


-Perdóname, por favor.


Yo seguía sin decir palabra, y su mirada se volvía cada segundo más desesperada, impaciente.


-¿Por qué haces esto?- fue lo único que se me ocurrió decir.

-Porque te amo.- me besó. Se abalanzó sobre mí y me besó. Volví a notar su lengua con la mía, sus labios...fue demasiado para mí. Me separé, lo empujé.
-Vete.
-Pero...
-¡Que te vayas!- cogí su chaqueta y la tiré a las escaleras, y él fue detrás. 

Cerré la puerta y le dí un puñetazo a la pared, y otro, y otro más. Empezaron a sangrar mis nudillos, pero yo no paraba. ¿Seguía sintiendo algo por él? No lo sabía. Seguramente sí. Me fijé en que apenas quedaban 20 minutos para las dos y media, así que cogí una venda, me la até de cualquier manera, cogí una chaqueta negra y salí de casa.


Jonghyun


Hacía mucho tiempo que no estaba con Minho, así que decidimos ir a comer al restaurante italiano que tanto nos gustaba. Pero antes, nos duchamos, nos cambiamos y fuimos a dar una vuelta.


-Deja de pensar en Key, Taemin te quiere a tí, y lo sabes.


Me derrumbé ahí mismo, estábamos en medio de una plaza que hay al lado de su casa, y caí de rodillas al suelo llevándome las manos a la cabeza. Empezaron a caer las lágrimas solas de mis ojos. Estaba desesperado, Taemin era mi vida entera. Minho me agarró de la camiseta, me levantó y me abrazó. 


-Si sigues llorando tendremos que volver al gimnasio y ponerte las pesas en la cabeza.


Logró sacarme una sonrisa de lado. Sacó un paquete de kleenex del bolsillo y me dio uno, me sequé las lágrimas y noté un picor en los ojos. Seguimos caminando hasta llegar a su casa.


-Deja aquí tu mochila, ya pasarás a buscarla más tarde.­ 


Eso mismo hice, fui hacia el salón. Y me quedé mirando para el cuadro más bonito que jamás había visto, siempre que subo a casa de Minho me quedo mirándolo, es un ramo de flores rosas, y en medio hay una negra con espinas. Siento debilidad por las flores.


-¿Te tengo que sacar a patadas de mi casa? Tengo hambre.


Salimos en dirección al italiano. Y allí, como de costumbre, yo pedí unos tallarines y él se pidió una pizza.


-A quien se le ocurre venir a un restaurante y pedir una pizza a medio día...


Y de repente noté como un champiñón rozaba mi cara.


-Que poco respeto hay en este restaurante. -dijo Minho, medio ahogándose con la risa.

-La venganza es dulce, muy dulce.

Nos reímos y seguimos comiendo.


-¿Crees que Kibum volverá a aparecer?

-Deja de darle vueltas, si vuelve a aparecer me encargaré yo de tener unas palabritas con él.
-Eres demasiado agresivo.
-¿Me lo impedirías acaso? 

Sonreí de lado y comenzamos a hablar de otras cosas.


Taemin


Llegué al portal de Onew y timbré. Le llevó lo suyo abrirme. Finalmente subí las escaleras y entré en su casa.


-¡¿Qué te ha pasado en la mano?!- se sobresaltó al ver mis nudillos vendados, y la venda manchada. No había tenido ni tiempo para limpiar la sangre. Me seguía doliendo bastante.


-Tú siéntate, que tengo muchas cosas que contarte.


No sentamos en la mesa, y cómo no, había pollo frito para comer.


-Que menú más variado encuentro cada vez que vengo a tu casa.

-Menos quejas, que sé que te encanta.

Mi expresión cambió totalmente cuando comencé a contarle lo ocurrido, me había ceñido a contarle lo que había pasado el día anterior, sin todavía entrar en los detalles de lo ocurrido hacía apenas una hora.


-Ese desgraciado...

-Espera, que hay más.

Y en ese momento sí le expliqué el espectáculo que había montado Kibum en mi casa momentos antes.


-¿Todavía sientes algo por él?- Jinki nunca se andaba con rodeos, era totalmente directo.

-No...-me mordí el labio y noté como las lágrimas comenzaban a caer desde mis ojos bajando por todo mi rostro.
-Debes hablar con Jonghyun de esto.
-¿Para qué? Yo lo quiero a él, Kibum es parte del pasado.
-No te engañes a tí mismo, no te lo permito.

Me secó las lágrimas.


-Anda, vamos a bailar que seguro que te animas un rato.


La verdad es que ni de eso tenía ganas. Pero él cogió mi mano, me levantó y puso mi canción favorita, no pude evitar ponerle a bailar. Me ayudaba muchísimo a relajarme. Él se sentó y se quedó mirándome mientras sacaba un plato de pollo frito de sabe Dios donde. Era su debilidad.


Jonghyun


Despues de comer Minho me ofreció ir a su casa a ver una película, mi película favorita. La iban a televisar a las tres, pero no me apetecía nada en ese momento así que decidí volver a casa. Supuse que Taemin todavía estaría con Jonghyun, y así fue. Cogí mi teléfono y busqué el número de Kibum, lo había guardado la noche anterior mientras Tae dormía como un angelito.


-Kibum, creo que deberíamos de hablar. Pásate por mi casa lo antes posible, te sabes el camino de sobra.


No sabía si estaba haciendo bien, pero no podía más. Sabía que Taemin todavía sentía algo por él, y eso me estaba matando. Sonó el timbre, me parecía demasiado pronto para que fuese Kibum, pero era él.


-¿Cómo es que has tardado tan poco?

-He estado aquí hace media hora.

Me quedé parado. Iba a decir algo pero al abrir la boca Kibum me interrumpió.


-Tranquilo, me echó.

-¿No pasó nada?
-Lo besé, pero me apartó y me pidió que me marchase.

Le habría partido la cara ahí mismo, pero no lo había llamado para eso. Quería hablar las cosas.


-¿Realmente quieres a Taemin? ¿O solo quieres joderme a mí?

-Lo quiero, más que a mi vida.
-Entonces, ¿por qué lo dejaste? ¿Por qué le hiciste tanto daño? No tienes ni idea de lo mal que lo pasó por tu culpa.

Mis ganas de darle una paliza ahí mismo aumentaban a medida que iba recordando lo mal que lo había pasado Tae. Cuando lo conocí estaba destrozado por lo de Key.


-Mira...yo...tenía un lío en la cabeza. Ocurrieron cosas, y no sabía que hacer. Mi vida era un caos, tenía problemas familiares, y mucha presión encima. Y necesitaba alejarme de todo por un tiempo, me marché de la ciudad, y lo que más me dolió fue dejar aquí a Taemin. Pero he vuelto.

-¿Dispuesto a volver con él?
-Si él te quiere a tí, yo me iré.

En ese momento se me paró el corazón. Yo me esperaba otra respuesta. Un "sí, he venido a por él", quizás. Pero no eso. "Si él te quiere a tí, yo me iré". Yo sabía que Taemin me quería, ¿pero cuanto?


-Si no quieres nada más, me voy.


Key se levantó y fue en dirección a la puerta. Pero antes de marcharse se giró, yo seguía sentado, pero pude escucharle perfectamente.


-Sé que esta noche hablareis de mi, cuando sepais que vais a hacer, ambos teneis mi número.


Sonrió y se fue. Eran todavía las cuatro y media, me hice una tila y me tumbé en el sofá. Iba a ser una tarde horrible, me estaba esperando una mala semana.


Taemin


Tras una tarde de baile intensivo con Onew, decidí volver a casa. El día había empeorado de una manera horrible, eran las nueve y había comenzado a llover. Yo llevaba una chaqueta bastante fina, y Onew no tenía un solo paraguas en casa. Así que pedí un taxi. Cuando llegué estaba todo a oscuras y la tele encendida. Jonghyun estaba sentado en el sofá, cenando un bocadillo. Le noté preocupado.


-¿Te pasa algo, cielo?- intenté hacer como si no lo supiera. Era evidente que estaba pensando en Key.

-¿Lo sigues queriendo?

Otra vez esa pregunta, iban dos veces en un día. Pero esta vez no me lo preguntaba mi mejor amigo, me lo preguntaba mi novio, me lo preguntaba la persona que me había apoyado en todo, la persona más importante de mi vida, me lo preguntaba Jonghyun. ¿Qué le iba a contestar? No le podía decir que no, porque era evidente que todavía había algo...


-Yo estoy contigo, y lo seguiré estando.


Fue lo único que se me ocurrió en ese momento.


-No has contestado a mi pregunta. Mira, yo te quiero, y lo sabes. Por eso mucho, a pesar de que me duela, no voy a impedir que vuelvas con él, si es lo que tú quieras. 

-No digas tonterías, Jong...
-No son tonterías -no me dejó continuar- ¿quieres volver con él? 

Le besé, no quería seguir hablando de Key. No quería, simplemente. Separé mis labios de los suyos y me fui directo a la cama. No quería cenar, no quería hablar, no quería hacer nada. Quería olvidarme de todo lo que había pasado, había sido un día bastante completo ya.

A la mañana siguiente Jonghyun me despertó, eran ya las 12, me sorprendí de lo mucho que había dormido.

-Vamos, levanta, que hoy comemos fuera.


Sonreí.


-¿Otra vez? Es el tercer día que comemos fuera de casa.


En realidad me hacía ilusión que Jonghyun me quisiese llevar a comer fuera, pero no tenía un buen presentimiento. Él no tenía felicidad en el rostro. Seguía con esa mirada de preocupación, y me dolía verle así, sobre todo sabiendo que era por mi culpa. Me duché rápido, me peiné de cualquier manera y me puse unos vaqueros sueltos y una básica blanca. Busqué mis tenis por todos lados. Cuando al fin los encontré Jonghyun ya estaba esperándome en la puerta.


-Vamos, se nos hace tarde.


Fuimos dando un paseo hasta un restaurante que yo no había visto nunca. Era pequeño, muy bien decorado, de paredes rojas y con muchos cuadros. No había mucha gente.


-Nuestra mesa está al fondo.


Me hablaba pero no me miraba.Yo iba mirando al suelo, hasta que escuché su voz.


-Sois la pareja más impuntual que conozco.


Me sobresalté, no sabía que hacer, era Key. Miré a Jonghyun esperando una explicación.


-Lo siento, es la única manera de que lo aclaremos todo.

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