domingo, 21 de octubre de 2012

In your Eyes


Twitter: http://twitter.com/MEPP19
Tipo: Yaoi, SHINee, EXO: 2min, OnKey, JongKai
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Capítulo 2

Abrí la puerta y Key intentaba disimular que estaba escuchando detrás de ella.


-A ver, encanto, cuéntame.-dijo con voz burlesca.

-Tú y yo vamos a tener un problema.-lo miré con un intento de intimidación.

Nos sentamos en el sofá y le conté lo ocurrido.


-No sé por qué le he seguido el rollo.

-Porque te gusta.
-¡Mentira!
-Verdad-me miró a los ojos- ¿dónde está el problema en que te guste?
-Es un desconocido.
-Ahora ya no.

No sé por qué pero me frustraba un poco la situación. Aunque cuando recordaba lo que había pasado en el vestuario no me arrepentía de nada.


-Bueno, voy a preparar la cena, ya que aquí nadie hace nada.-dijo Key, y se levantó indignado.

-Para mí no hagas nada, no tengo hambre.
-El amor...-suspiró.
-¿Te callas?-le dije saltándole encima, caímos los dos al suelo.

Nos reímos, me levanté y me tiré en mi cama mirando hacia el techo. Todavía no era muy tarde, así que cogí el ordenador y decidí distraerme mirando blogs, vídeos, y demás.

Mientras cenaban sonó mi móvil. Contesté, era Jonghyun.

-Minho nos ha invitado a comer mañana a su casa en agradecimiento por la cena de ayer.

-Yo...yo no puedo ir.-dije, no sé a qué tenía miedo.
-Sí que puedes, ¿o tengo que obligarte?
-Pero...
-Pero nada, mañana a las dos todo el mundo en su casa.
-Sí, señor...
-Si sé que quieres, ¿me equivoco?

Le colgué, lo maldecí pero a la vez sonreí. No quería verlo pero a la vez lo necesitaba. 


-¿Qué pasa?-me dijo Key al ver mi expresión.

-Nada, mañana comemos en casa de Minho.
-Genial.-sonrió de una manera preocupante.
-No dudaré en volver a recurrir a las patadas, quedas avisado.

Me miró con cara de asco y siguió cenando. 


-Onew, estás muy callado.

-Me duele mucho la garganta-me dijo en voz muy baja, casi inaudible-mañana por la tarde voy a ir al médico.
-Mejórate.

Volví a tirarme en la cama, no paraba de darle vueltas a la cabeza. ¿Cómo lo iba a mirar despues de lo ocurrido? Me preparé una tila y fui a dormir. No quería volver a despertarme a las tres de la tarde, si no aparecía en su casa a la hora acordada pensaría que estoy enfadado, o cualquier cosa. No sabía como manejar esa situación.


--


Al día siguiente intenté hacerme el enfermo para no tener que ir a su casa, pero no coló, Key no es tan tonto. Se acercaban las dos y yo me ponía cada vez más nervioso.


-Venga Taemin.

-Todavía faltan 3 minutos para las dos.

Kibum me agarró el brazo y me sacó a empujones de casa. Mientras tanto Onew se reía de mí de una manera muy poco disimulada. Timbramos, y me quede boquiabierto cuando Minho abrió la puerta. Estaba tan guapo. Entraron Key y Onew delante de mí. Pasé a dentro y Minho se quedó detrás. 


-Me alegro de verte.-susurró en mi oído.


No sé por qué, pero yo estaba cada vez más nervioso. Nos sentamos a comer.


-¿Y qué tal ayer? Quedasteis para bailar, ¿no?-preguntó Kai, lo fulminé con la mirada pero fue inútil. 


Key se reía por lo bajo.


-Eh...

-Sí, lo pasamos muy bien. Verdad, ¿Taemin?-me clavó la mirada.
-Esto..sí, claro.

Terminamos de comer, Key se levantó.


-Onew está mal de la garganta, así que nos vamos al médico.

-Os acompaño.-le dije a Key, levantándome de la silla.
-Ni hablar.

Sonrió, agarró el brazo de Onew y salieron de la casa de Minho. Minho nos preguntó a los 3 que quedábamos si queríamos café, Jonghyun y yo asentimos.


-Yo no, que tengo pensado echar una siesta cuando vaya para casa.-dijo Kai.


Kai y yo nos sentamos en el sofá mientras que Minho y Jonghyun hablaban, creo que Jonghyun quería convencerle de que se apuntase a su gimnasio, o algo así.


-Cuéntamelo todo.

-No hay nada que contar.
-Si ya me lo ha contado Kibum, pero es para que me cuentes detalles.
-Os mataré, ¿lo sabeis?

Ambos reímos.


-¿Por qué evitas tanto el tema? Eso es porque te gusta.

-No me gusta.
-Las taquillas del estudio de baile no dicen lo mismo.
-¿De que hablais?

Aparecieron Jonghyun y Minho y se sentaron con nosotros.


-Eh..esto..Taemin me estaba contando qué tal le va todo a su madre, que es un cielo y hace mucho que no la veo.

-Sí, exacto, de eso hablábamos.
-Pero si estuvimos hablando con ella ayer...-dijo Jonghyun.
-¿Eh? Que va, que va, te confundes.

Kai le dio un codazo muy poco disimulado. Minho se daba perfectamente cuenta de la situación.


-Bueno, que nosotros nos vamos.


De nuevo, me levanté con intención de irme con ellos.


-¿Vasas a dejar que Minho recoja solo? Menudo caballero, tú te quedas.

-A tí te mataré primero.-le susurré.

Jonghyun y Kai desaparecieron por la puerta, y yo me quedé sin saber que hacer, sentado en el sofá junto a Minho.


--


Se pegó a mí, y me besó. No me lo esperaba. O bueno, sí, para qué mentir. Le seguí pero paré al momento.


-¿Por qué haces esto?-le susurré, a 1 centímetro de sus labios.

-¿Me vas a decir que no quieres?

Sonrió, me miró de arriba a abajo. Se mordió el labio, y a continuación mordió el mío. Por una parte no quería, me sentía utilizado, pero por otra...no me podía resistir. Nos tumbamos en el sofá, el encima de mí.

Fue besándome poco a poco, me daba mordiquitos en el cuello. Me quitó la camisa y siguió bajando con los labios, mientras me acariciaba la espalda con sus suaves manos. Se quitó su camiseta y ambos quedamos semidesnudos. Su boca se encontró con el botón de mi pantalón. Paró un momento, sonrió y lo desabrochó. Bajó la cremallera, y a continuación me quitó los pantalones. Se quitó tambien los suyos, y se deshizo de mi ropa interior. Su lengua jugaba entre mis piernas, al igual que la noche anterior. Y yo comencé a gemir, sin poder evitarlo. Paró por un momento, y se tumbó encima de mí, agarrando mi miembro con su mano derecha, y deslizándola sobre él haciéndome gemir todavía más. Callaba mis gemidos con besos, una y otra vez. Paró un segundo para respirar.

-¿Ves como te gusta?-susurró.


No contesté, cerré los ojos y di otro grito. Se levantó y se deshizo de su ropa interior. Volvió a tumbarse, y de nuevo la sensación del día anterior. Volvía a estar dentro de mí. Y yo comencé a gemir más alto todavía. Cada vez lo hacía más rápido. Levantó mi torso y quedé sentado rodeando su cintura con las piernas. Y de nuevo comenzó a besarme, mientras seguía multiplicando la velocidad de sus movimientos. Comenzó a gritar el tambien. Yo seguía sintiéndome utilizado, pero me gustaba demasiado como para pararlo. Eyaculó dentro de mí, y se separó. Me besó una vez más, y me abrazó. Sumando el agotamiento a lo mal que había pasado la noche, me quedé dormido entre sus brazos.

Cuando desperté, eran ya las 9, y él no estaba en el sofá conmigo. Me levanté, todavía desnudo, y busqué mi ropa en el suelo. Me vestí lo más rápido que pude y observé que Minho no estaba en casa. ¿Me había dejado solo en su propia casa? Quería creer que era una broma. Me paré frente a la puerta, me giré y clavé la vista en el sofá. Sonreí recordando lo ocurrido, y salí. Fui para mi piso, entré y estaban Key y Onew ya cenando. 

-Pero claro, no te gusta.-me dijo Key, con una sonrisa un tanto maliciosa.

-Cállate, estoy cansadísimo.

Saqué mi móvil del bolsillo y vi que tenía un SMS, era suyo. Había guardado mi número mientras dormía.


"Cenamos juntos,  te paso a buscar a las 9.35"


Kibum me quitó el móvil de las manos y leyó el mensaje.


-¿Y qué haces con esa ropa? Arréglate.

-No da tiempo, quedan 25 minutos, además no voy a ir.
-Por alguna casualidad, ¡¿me estás contradiciendo?
-S-sí.
-Que te arregles, ¿o te tengo que vestir yo?
-Insisto, te mataré.

Abrí mi armario, me puse a revolver todo.


-Deja, ya busco yo.-Key me apartó de un empujón.


Me senté con Onew mientras.


-¿Qué tal en el médico?

-Bien, me ha dado una especie de jarabe que sabe a rayos, pero bueno.

Me reí.


-¡Taemin, ¿qué haces de cháchara?! Ven a vestirte.-gritó Key.

-Sí, señora.

Me fulminó con la mirada, y me acerqué a él con precaución.

Había escogido una camisa de cuadros negra y blanca, un vaquero pitillo y las Dr. Martens blancas. No me quejé, si lo hacía tendríamos un problema, y solo quedaban 5 minutos para y 35.
Me vestí, y Key vino.

-¿Y esos pelos? Ven aquí.


Era peor que mi madre cuando iba al colegio y me negaba a ponerme los pantalones bombachos. Cogió un peine y vino hacia mí.


-Ya me peino yo.-le quité el peine de las manos y me fui al baño. 


Era tontería, con el viento que hacía, en cuanto saliese del portal iba a quedarme un pelo para cada lado. 

Sonó el timbre. Salí corriendo con intención de llegar antes que Key, pero fue inútil. Abrió la puerta, y ahí estaba él. Informal, pero guapísimo, como siempre.

-Taemin está arreglándose, por cierto...

-Ya estoy, vamos.-le corté.
-Estábamos conversando.
-Adiós, Key.

Abrió la boca para decir algo pero cerré la puerta.


-Estás guapísimo, encanto.-me clavó la mirada y rodeó mi cintura con su brazo. Me dio un dulce beso.

-¿A donde vamos?
-Es sorpresa.

Bajamos las escaleras, y subimos a su coche. Llegamos a un barrio que yo no conocía, en el que no parecía que hubiese mucha gente. Entramos en un restaurante bastante elegante, no había demasiada gente. Nos sentamos en una mesa del fondo, y pedimos la cena.


-¿Qué tal la siesta?-me preguntó mientras sonreía de lado.

-¿Qué quieres de mí?-contesté con otra pregunta. No me iba a andar con rodeos despues de lo que había pasado.
-No es que quiera algo de tí, es que te quiero a tí, simplemente.
-Me conoces desde hace tres días, ¿cómo puedes decir que me quieres?
-¿Vas a decirme que tú a mí no?

Me quedé callado.


-Sé que te harás de rogar,-continuó-y me encanta que lo hagas.


Se mordió el labio.


-Las cosas no son así, no puedes mudarte a mi piso y pretender que en 3 días...

-¿Qué? Ya hemos hecho...
-Cállate.-corté la frase.

Se rió.


-¿Por qué te ríes tanto?

-Eres muy gracioso cuando te enfadas.

Llegó el camarero con nuestros platos y comenzamos a cenar.


-Al menos pagarás tú, ¿no?-le dije, ya más relajado.

-Por supuesto, querido.

Sonreí, no estaba yendo tan mal la noche. Pensaba que lo iba a pasar peor. Pero me seguía sintiendo extraño, realmente Minho era practicamente un desconocido.


-Ah, que sepas que tu número me lo dio Key, no soy ningún depravado que se apodera de móviles ajenos cuando los dueños duermen.


Me quedé quieto, callado.


-¿Pasa algo?

-Nada, estoy maquinando más venganzas hacia él.
-¿Sois hermanos?
-No, pero como si lo fuésemos. Lleva cuidándome desde que éramos pequeños, por eso tenemos tanta confianza, aunque más que un hermano, es otra madre.

Ambos reímos.

Terminamos de cenar,y Minho pagó la cuenta, como había prometido.

-¿Tomamos postre en mi casa?

-¿Dos veces en un día? No tendrás esa suerte.
-Entonces vayamos a dar una vuelta.

Empezamos a caminar, no sé hacia qué dirección, pero él se veía decidido. Sin darnos cuenta, o quizás conscientes de ello, entrelazamos nuestros dedos y nos cogimos de la mano. Llegamos hasta un jardín precioso.


-¿Te apetece un picnik nocturno?

-¿Y cual es la comida?

Sonrió y se mordió el labio.


-Tú.- me abrazó y me besó. 


Nos precipitamos al suelo y siguió besando. Me separé un momento.


-Ya te he dicho que no ibas a tener esa suerte.

-Bueno, tenía que intentarlo.

Ambos reímos y seguimos besándonos tirados en el jardín. De repente comenzaron a caernos chorros de agua.


-¿Lluvia? Imposible.


Claro que no era lluvia, se habían abierto los aspersores. Intenté levantarme para ir a una zona seca.


-¿A donde vas?-agarró mi brazo- Me gustas más mojadito.

-Tú...lo tenías planeado.

Sonrió y me besó, tampoco opuse resistencia. Y terminamos los dos tumbados en el jardín, empapados, pero cálidos. 


-Venga, volvamos a casa, no te vayas a constipar.


Nos levantamos y fuimos hasta la puerta del restaurante, donde tenía su coche aparcado.


-Pero vamos a mojar los asientos.-le dije.

-No importa, así queda un recuerdo tuyo.-me guiñó un ojo.

Llegamos, aparcó el coche justo en frente del portal, y bajamos. Pude observar a Kibum y a Kai en la ventana de nuestro piso. No podía creérmelo, ¿llegaban hasta ese punto?

Minho tambien los vio.

-Mira, tenemos espectadores.


Sonrió y me empujó contra la pared, comenzó a besarme con pasión.

Subimos las escaleras.

-¿Estás seguro de que no quieres postre?

-Segurísimo.

Ni yo me lo creía, pero no podía ceder a tanto capricho.

Me rodeó de nuevo por la cintura y me volvió a besar.

-Hasta mañana.-susurró a pocos milímetros de mis labios.


Yo seguía sin controlar la situación, pero abrí la puerta con intención de matar a los otros dos en cuanto entrase. Pero no tuve tiempo, ambos se precipitaron sobre mi y me acorralaron.


-¿Qué tal? ¿Qué habeis hecho? ¿A donde te ha llevado? ¡Cuéntanos!


Era increíble la sincronización que tenían.


-Nada en especial.

-Por eso estáis empapados, ¿no?
-Callaos.

Me di una ducha y  me puse el pijama. Kai seguía en casa.


-¿Qué haces aún aquí? ¿Sabes la hora que es?

-Jonghyun duerme en casa de sus padres hoy, así que me siento solo y vengo a haceros compañía.
-Pues yo me voy a dormir, que estoy agotado.
-Mañana nos cuentas, o te echamos del edificio a patadas.

Les lancé un cojín a cada uno y eché a dormir.

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