miércoles, 26 de septiembre de 2012

NOCHE ILUMINADA

- Twitter: @Candela96ymasallá

- Tipo: B.A.P, yaoi, menores 18, BangHim (Bang x Himchan), oneshot




Cada persona tiene su propia historia, algunos la comparten, otros prefieren formarla en soledad, y otros simplemente olvidar. Aunque los recuerdos son imborrables.Algunos los guardamos para la eternidad, otros los odiamos con toda nuestra alma, pero nunca se olvidan, siempre están ahí presentes. Todo lo que hacemos influye en nuestras historias; cada paso que damos, cada mirada que dedicamos. A veces basta con un simple gesto para cambiar totalmente la historia de varias personas, ya sea para bien o para mal. En mi caso fue para bien, ya que desde entonces comparto mi historia con alguien a quien amo y respeto. Aquel gesto quedó marcado en nuestra memoria y siempre estará ahí.

Aquel día llovía a cántaros, los cristales de las ventanas resonaban con el viento y las gotas de lluvia caían intensamente sobre la casa. Todos nos encontrábamos recogidos en el cuarto de estar, habíamos improvisado un pequeño refugio al fuego de la chimenea, que crepitaba y daba una agradable sensación de calidez, aunque no hubiéramos encendido el fuego si no se hubiera estropeado el generador de emergencia, toda la zona estaba sin luz desde hacia horas, por eso habíamos acordado dormir todos juntos. Todos estaban tumbados alrededor de la chimenea, la luz del fuego daba a sus rostros un tono anaranjado. Aquella noche todos pasamos miedo, la tormenta era verdaderamente violenta, pero el que peor lo estaba pasando era Young-Jae, temblaba bajo su manta y en pocas ocasiones asomaba la cabeza. Junto a él, Zelo y Jong-Up dormían en un mismo colchón, completamente dormidos, ni el mas fuerte trueno podría despertarlos. Dae-Hyun roncaba plácidamente un poco mas apartado del resto, junto a Hinchan, que dormía de costado dándome las espaldas. Yo estaba sentado en un sillón que había colocado en el extremo superior de mi cama, no me podía dormir, asi que intentaba pensar en nuevas canciones, aunque me era imposible. Mi mirada y mi pensamiento no dejaban de posarse en Hinchan. Respiré hondo e intenté concentrarme. Estaba agarrotado de estar tanto rato en la misma postura, así que me desperecé, con tan mala suerte que le dí con el puño a la lámpara que había junto a mi, calló pesadamente al suelo, haciendo un fuerte ruido e interrumpiendo los ronquidos de Dae-Hyun y dándole un buen susto a Young-Jae, que me lanzó una miarada cargada de odio y miedo. La coloqué rápidamente en su sitio y volvía a mirar a Young-Jae.No pude evitar reírme al verle con cara de haber visto un fantasma, me metió de nuevo bajo su manta y no volvió a asomarse. Me relajé cuando escuché de nuevo los ronquidos de Dae-Hyun y comprobé que todos seguía durmiendo placidamente. Al volver a sentarme en el sillón, ví que Hinchan se había girado y me observaba con mirada cansada.
-¿Porqué no duermes?- me  dijo con un susurro.
-No tengo sueño.
Nos quedamos mirándonos unos segundos y el se incorporó. Apoyó la espalda en uno de los posabrazos del sillón y se tapó con la manta. Se frotó los ojos con las manos y cruzó los brazos. Apenas podía verle el rostro desde donde estaba. La sala se iluminó completamente al caer un relámpago que hizo que la casa entera se estremeciera. Young-Jae se encogío en si mismo bajo la manta y Hinchan rió al verlo, yo apenas preste atención, me quedé embobado mirándole el pelo. Alargué mi mano y comencé a acariciarselo, muy suavemente, con mucho cuidado, tenía miedo de que quitara la cabeza, pero hizo lo contrario, acercó su cabeza aún mas a mi mano. Ví como cerraba los ojos para disfrutar aquella caricia. Yo también los cerré, disfruté al máximo aquel momento tan perfecto. Himchan elevó su mano y se aferró a la mía que le acariciaba el pelo, la besó suavemente y la puso en su pecho. Yo me gaché y comencé a besarle en el cuello. Nos detuvimos en secó al ver a Zelo girarse hacia nosotros, seguía dormido, pero no nos podíamos arriesgar.
-Vámonos a mi cuarto- le dije en un suave susurro casi desesperado, tenía muchas anas de estar con él. Se incorporó con delicadeza y nos dirigimos a la puerta. Cerré tras nosotros con cuidado. El pasillo estaba totalmente a oscuras, solo se escuchaban nuestras respiraciones de el sonido de la lluvia. Himchan me agarró la mano y me dirigió al cuarto, tropecé un par de veces, lo cual hizo que Hinchan se riera de mí. En ese momento yo estaba ebrio de felicidad, lo había esperado tanto tiempo… .
Abrió la puerta con cuidado y me indicó que entrara. En cuanto escuché la puerta cerrarse me aferré a el y a sus labios, el se agarró a mi espalda con tanta ímpetu como yo. Me quitó la camiseta con rapidez, se aferraba a mi cuello como si bajo él hubiera un abismo y solo me tuviera a mí. Nos dejamos caer en la cama, y un fuerte relámpago nos iluminó por completo. Recorría con mis manos todo su perfecto cuerpo, y saboreaba cada beso que me daba. Era un momento perfecto y precioso. Deseaba que jamás acabara. Aquella noche me hizo sentir tan especial y único que la piel se me pone de gallina cada vez que me acuerdo.

Cuando desperté, Hinchan estaba abrazado a mi, desnudo, notaba todo su cuerpo aferrado a mí. Me desperecé y noté que ya había dejado de llover. No veía nada, pero notaba y escuchaba la respiración de Hinchan, me encantaba. Me levanté de la cama, con cuidado de no hacer ruido ni mucho movimiento y me vestí. Salí del cuarto y volví a la sala de estar. Todos seguían dormidos, a primera vista, nadie se había movido de su sitio. Los dejé allí dentro y volví al cuarto con Hinchan. La luz del amanecer empezaba a hacer presencia tímidamente, y pude ver el rostro de Hinchan al despertarse. Me reí al verle unas ojeras impresionantes. Se frotó los ojos y me tumbé junto a él, nuestros rostros apenas se separaban centímetros.
-Acostúmbrate a mi cara de buena mañana, porque pienso pasar el resto de noches contigo.-me dijo con picardía, aquel comentario me gustó tanto que me lancé a besarle.

Aquel día fue el comienzo de nuestra historia, aunque hayamos tenido nuestro malos momentos, en todas las historias hay momentos tristes y momentos felices, pero nunca se olvidan.

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