- Autora: @DisabledComplex
- Tipo: BIG BANG, Block B, B.A.P, serial, hetero, +18 (mucho XD), idol x fan
CAPÍTULO 6
El
despertador sonó y sola, pensé que lo que había pasado anoche no iba a cambiar
para nada la situación. Miré el reloj, ya era hora de prepararme así que me
levanté y me aseé para ir a la universidad. Salí hacia la cocina para ver a la
misma persona que había pasado la noche conmigo, intentando cocinar Dios sabe
qué. Quién podría decir que una persona tan aparentemente dulce sería el líder
de todo esto y me haya traído aquí, causando todo lo pasado.
- Buenos días - dijo sonriendo ampliamente
mientras se peleaba con la sartén.
- Tú... - maldije.
Llegué
a la idea de que podía ser bipolar, aunque me cabe más en la cabeza la idea de
que sea un calculador nato. Me acerqué por su espalda a ver qué hacía y no
pintaba nada mal.
- Creía que Daesung era el único que sabía
cocinar - bromeé
- Y lo es, solo que a veces puedo defenderme -
dijo cogiendo el plato y llevándolo a la mesa del comedor.
En
esa mesa ya se encontraban dos tazas: una con café y otra con leche. Cacao en
polvo a su lado, cubiertos y nocilla. Hoy iba a empezar el día con fuerza
aunque seguía siendo ese líder frío, arrogante y odioso.
- Wow, contigo no puedo parar de sorprenderme
- llamé su atención
- Ni tú ni nadie - juró sin dejar de comer.
Acabamos
de comer y me dispuse a coger la chaqueta para ir a la universidad, pero una
mano me paró.
- Venga que te llevo - dijo con las llaves de
mi coche en la mano y sin ni siquiera mirarme a la cara.
- ¿Y después como vuelves? - pregunté
- Sé que te vas a quedar a comer con Raquel e
Iris - se adelantó con toda la razón del mundo sin apartar la vista de la
carretera.
Era
como si se hubieran llevado meses observándome, me conocían tan bien... Qué
llegaba a asustar.
Entramos
en el coche y él arrancó el motor. Ni una palabra más hasta que llegamos. Abrí
la puerta para irme y le miré, esperando aunque fuera una despedida. Él me
quitó la mirada y yo me di la vuelta.
- Lo siento, pero sigo sin ser bueno para ti.
Escuché
justamente antes de que el coche se esfumara. Esas palabras se anclaron en mi
mente, dejándome embobada recordándolo todo cuando un siseo me sacó de mis
pensamientos despertándome de lo que hasta ahora había sido un sueño. Cuando
miré hacia dónde provenía el sonido, la vi. Iris, la había echado de menos, no
sabe cuánto. Así que corrí para darle un abrazo cuando su cara de infinito
desprecio paró mis pies.
- ¿Qué? - me quejé y le di un abrazo, forzadamente
correspondido por ella.
- No te creas que me vas a calmar así...
¡Desapareciste! - dijo sin cambiar el gesto.
- Lo puedo explicar... - dije mirando hacia el
suelo, la verdad es que no, no podía.
- Pues empieza - dijo cruzándose de brazos.
Empecé
a contarle la supuesta historia que supuestamente ya sabía. Me dolía mentirle,
pero como la metiera en esto, sería peor.
Acabé
y volví a mirar al suelo, ocultando rastros de mi mentira, esperando su
comentario.
- A ver si me he enterado: desapareces con un
novio que aparece de la nada, del cual nadie sabe nada, os vais a vivir juntos
nadie sabe donde y pretendes que nosotras nos quedemos tranquilas... Pues que
sepas que Raquel está destrozada, no piensa salir.
No
le di tiempo a acabar la frase cuando salí corriendo rumbo a lo que era mi
casa... Iris me siguió y, ya en las escaleras que subían hasta nuestro piso, me
lanzó las llaves. Las cogí al vuelo y abrí la puerta para encontrarme a Raquel
sentada en el sofá con un bote de helado de chocolate, viendo el último
concierto de Hide, su araña rosa. De un salto me senté en el sofá, casi
echándome encima de Raquel, dándole un abrazo pidiéndole perdón sin parar.
- Al menos ya estás aquí... Cuéntame ahora
mismo qué pasó - exigió
Volví
a repetirme contándole lo mismo que a Iris, viendo como su mirada me enterraba.
- Pues no me lo creo - dijo sin tapujos.
- No, ni yo - la apoyó Iris.
- ¿Qué puedo hacer para que me creáis? -
pregunté desesperada, cuando algo me vino a la mente - ¿Y si... os enseño la
casa? ¿Y os presento a mi novio? - omitiendo la palabra imaginario, claro.
- Podría ser... - dudó Raquel.
Entonces
yo saqué el teléfono y me excusé a lo que antes se hacía llamar mi habitación,
ahora vacía. Daba la llamada, pero T.O.P no descolgada, hasta que escuché un
"¿Sí?" al otro lado del teléfono.
- Tenemos que ir, hoy, ahora. No me creen y no
sé qué más hacer. ¿Es posible? - exigí nerviosa.
- Dame un segundo - de repente la voz que
había tras el teléfono desapareció dando lugar a un pitido continuo.
Guardé
el teléfono y volví con mis amigas, diciéndoles que dentro de un rato iríamos.
Estaba todavía explicándoles por qué no podíamos ir ahora cuando sonó mi
bolsillo. Volví a mi habitación y cogí la llamada.
- Todo listo, tu supuesto novio y tu nueva
casa operativas. Cuando quieras - y colgó.
Les
dije a Raquel e Iris que se prepararan, que nos íbamos y pusimos el coche - y
la radio - en marcha. Intentando recordar el camino, conseguí llegar a "mi
casa". La verdad, no sabía lo que me podía esperar...
Llegamos
a la puerta cuando abrí con la llave y grité:
- ¡Ya estoy en casa! - por si acaso estuvieran
haciendo... Algo.
Repetí
esa frase para ver a mi supuesto novio salir hacia la puerta a recivirnos. No
me lo creo, era G-Dragon. Juro que tras esto tendré unas palabras con él.
- ¡Cariño! - sonrió dulcemente y me dio un
abrazo, mientras mi mueca cambió completamente al verlo aparecer - Te había
echado de menos...
Al
estar de espaldas a Raquel e Iris, no vieron mi gesto, o al menos eso creo.
Además... A Ji Yong solo le faltaba ir dando saltitos y repartiendo flores, por
favor.
- Y yo a ti - intenté disimular, tenía que
meterme en el papel, si pudiera - mira, te presento a Raquel y a I...
En
ese momento paré en seco, alejé la vista y vi a Iris intentando desenganchar su
chaqueta ya que se había quedado encasquillada con la puerta del coche.
- Bueno, a Raquel. Iris está en camino - y fui
corriendo a ayudarla.
Antes
de dejarlos, vi una mueca de desaprobación por parte de Raquel, esto me iba a
costar. Liberé a Iris y la traje con nosotros, presentándola a mi
"novio", la cual se quedó con el mismo gesto que mi otra amiga.
Nos
adentramos en la casa, guiados por G-Dragon ya que yo no sabía precisamente
mucho sobre ella. Vimos bastantes habitaciones y baños, pero nada interesante.
Llegamos a mi habitación, la cual tenía la cama deshecha, la ropa desordenada y
ningún adorno.
- Tres días desaparecida y ni siquiera has
arreglado tu habitación... - dijo Iris con una mirada sospechosa.
- No tuve tiempo, compréndeme - pedí perdón
con la mirada, estaba siendo difícil.
En
ese momento, Raquel andó rumbo a "la habitación" - sí, esa misma -
preguntando qué había allí. El jefe y yo fuimos casi corriendo a pararla.
- Es un trastero, nada interesante - intenté excusar.
- Además, está lleno de insectos y como me has
contado, Ann, a tus amigas no les gustan nada - me salvó GD.
Nos
movimos hacia el salón, abriéndole la puerta a una escena un tanto... Bueno.
Estaban los cinco sillones, dos de ellos vacíos, el de G-Dragon -ya que estaba
de pie a mi lado- y el de Daesung. Entramos, dije los nombres de mis amigas y
el primero que se levantó fue el peliazul.
- Buenas tardes - saludó cediendo su mano -
Soy T.O.P, el mayor de estos chicos. - señaló hacia los sillones - Un placer.
Raquel
asentió y le dio un pequeño apretón a la mano de T.O.P mientras Iris se
encontraba detrás de Raquel, como escondiéndose. La verdad es que ella cuando
quiere es muy vergonzosa, hasta que se suelta...
El
siguiente fue Seungri:
- Bonjour - dijo tomando la mano de Raquel y
dándole un beso en el dorso de la mano - Mi nombre es Seungri - se presentó
mirando a Iris y sosteniendo aun la mano de Raquel.
La
cara de Raquel era un poema: espanto total, sin olvidar la de Iris, aunque la suya
era más de risa. No les gustaban estos chicos para nada. De repente, Taeyang se
levantó sonriente.
- Yo soy Taeyang - dijo amablemente, dándoles
confianza, como si su sonrisa diera calidez.
El
gesto de mis amigas cambió al instante, puede que tuvieran un pase... Cuando de
repente, de la puerta que estaba a nuestra izquierda - la cual estaba conectada
con la cocina y el comedor - salió Daesung con un delantal y unos guantes de
horno, sosteniendo un bizcocho recién hecho. Me sorprendí, lo tenían todo pensado.
- ¡Oh, pero si tenemos visita! Si me hubiérais
avisado, hubiera preparado uno más grande - dijo dejándolo sobre la mesa y
volviendo a la cocina - T.O.P te lo dejo a ti, que tienes más manejo - dijo
cediéndole un cuchillo.
- Está bien - dijo T.O.P mientras empezaba a
cortar ese rico Bizcocho.
Nos
sentamos, cada uno en sus respectivos sillones excepto G-Dragon, que estaba en
el sofá sentado a mi lado, con un brazo sobre mis hombros. En el sofá estábamos
él, yo, Raquel e Iris, a las cuales este ambiente las convencía más.
- ¿De qué es? - preguntó Iris.
- Chocolate y limón - dijo Daesung sonriendo
ampliamente, haciendo que sus ojos se volvieran incluso más pequeños de lo que
ya eran.
Merendamos
y charlamos para que, cuando quisimos darnos cuenta, ya había pasado toda la
tarde. Las chicas se despidieron y me ofrecí a llevarlas de nuevo a nuest...
Bueno, su casa. Mientras en el coche, no se me ocurrió otra cosa que soltar:
- ¿Qué os han parecido?
- Bueno... No están mal... - dudó Raquel.
- Yo sigo sin confiar en ellos - dijo Iris, ya
de esperar.
Aunque
a ninguna de las dos se les diera bien coger confianza rápidamente, podría
haber ido a peor. Entonces el silencio volvió a nosotras.
- ¿Y mi novio? - me costó decir.
- Muy mono, pero no me gusta, de él no me fío
para nada. - dijo Raquel mientras Iris asentía desde el asiento trasero.
- ¿Estás segura que lo quieres? No sé, tú
sueles ser más... - soltó Iris.
- Si no lo quisiera, no me hubiera ido tan de
repente, o ya lo hubiera dejado. - me convencí.
- No sé, es que parece que te gustan más otro
de los chicos con los que vives que él - le dio Raquel la razón.
- Por favor, ¿en serio? ¿Quién? ¿Seungri? -
reí, era ridículo incluso como mentira.
- Ese chico... Taeyang, ¡sí! Ese está bien -
recordó Iris chasqueando sus dedos.
- Anda, dejadme con mi dragoncito, que aunque creáis
que no, le quiero mucho - mentí, creo...
Las
dejé en su casa, volviendo a hacer ese camino por cuarta vez en un día. Llegué
y aparqué, teniendo una cosa en mente. En cuanto pisé esa casa, fui casi
corriendo hacia el salón, irrumpiendo en él.
- ¿¡De quién fue la brillante idea de ponerme
de novio a G-D... !? - grité mientras cruzaba la puerta.
No
pude acabar la frase cuando me vi la habitación iluminada muy tenuemente y con
solo un sillón ocupado: el de G-Dragon. Este se encontraba, como siempre,
jugando con su collar, levantando su vista para mirarme fijamente.
- ¿Decías? - preguntó indignado - Como si yo
estuviera muy contento...
- Eso no decías anoche. Venga, si hasta te ha
gustado. - me auto dí la razón.
- No, ni tú tampoco - se levantó - La que me
pidió que me quedara con ella - se acercó más.
- ¿Y tú? Que parecías sacado de un anuncio de
compresas - empecé a ponerme nerviosa, no sé si fue porque cada vez estaba más
cerca o porque sabía que esto acabaría mal.
- Al menos intentaba disimular - se acabó de
acercar.
Le
di un empujón. Él miraba hacia abajo y entre varios de sus mechones vi como me
decía.
- No vuelvas a tocarme.
En
ese momento, tomó una de mis muñecas y yo, colapsándome, le hice una llave de
las que me enseñó T.O.P la pasada tarde, deshaciéndose de ella y empujándome,
dejando mi espalda contra la pared. Le miré fijamente a los ojos justamente
antes de salir corriendo por la puerta, dirección: la calle. No aguantaría
mucho más con ese bipolar allí.
Salté
el escalón que me separaba de esa casa y el exterior y empecé a correr, cuando
escuché un "click" y sentí algo sobre mi nuca al pararme en seco.
- No te muevas - decía Zico mientras entraba
en mi campo de visión.
O.O Aigo!!~ ME encanta esta historia!!
ResponderEliminar*-* muero esta buenisimo
ResponderEliminar