- Tipo: serial MBLAQ
CAPÍTULO 11: ¿QUÉ ESTÁ PASANDO?
NOTA: Aunque en este capítulo no aparezca esa
persona, Thunder ya está adjudicado XDDDD Mianhe!!!!! XDDDD
Blanca estaba tumbada en
la cama, no se podía dormir, sólo podía pensar en lo de esta tarde, en como G.O
la había sacado de las manos de Seung y la había protegido, como la había
abrazado, su respiración, sus latidos….
A Blanca se le volvió a
acelerar el corazón de nuevo, sólo de pensar en ello hacía que se ruborizara,
se tapó la cara con la almohada e intentó calmarse de nuevo, pero no podía, la
imagen de G.O no salía de su mente, no podía olvidar la manera en la que la
cogió, como le dijo que no se fuera, su voz suave y firme… no podía.
Era por la mañana, y
justo Blanca se había empezado a quedar dormida, pero algo la estorbó.
- ¡Qué lo sueltes, que es
mío! – chilló alguien, la voz no le resultaba muy familiar.
- ¡Calla! ¡Es mío! ¡Y Mir
también es mío, así que suelta eso! – chilló otra persona.
Blanca salió de la
habitación y vio a un chico y a una chica peleándose mientras Mir los miraba y
se reía, se estaban peleando por una camiseta de… Mir. ¿Pero qué narices? Si se
estaban tirando de los pelos y todo. Cuando los dos se percataron de la
presencia de la estilista, la miraron y se acercaron a ella:
- ¿Y tú quién eres? –
dijeron a la vez, mientras cogían pose de ataque.
- Es Blanca, nuestra
estilista jaja. Javi, Anna, tengo otra camiseta de sobras… si alguno de
vosotros la quiere… - les dijo Mir mientras reía porque en cuando les ofreció
otra camiseta fueron corriendo pisándole el uno al otro.
- Son los ganadores del
concurso, la verdad es que llevamos un rato entretenidos con ellos, nos hacen
caso a todos, pero tienen una extraña obsesión, ya lo ves, si se tiran de los
pelos jaja – dijo SeungHo mientras aparecía por detrás de Blanca y apoyaba su
brazo en la cabeza de ella a modo de hermano mayor.
- Ahhh… pues casi me
pegan y todo, me parece que tendré que alejarme un poco de Mir jaja – respondió
ella entre risas. Pero un momento… estaba relajada al lado de SeungHo, si
últimamente sólo hacía que balbucear ante él y ponerme nerviosa, ¿Qué estaba
pasando? No entendía nada.
Sin embargo no le dio
mucho tiempo para pensar, porque alguien abrazó por detrás al líder, era una
chica que le resultaba muy familiar. Siguió indagando un rato en su mente hasta
que la recordó, era la chica de la foto del día en el que Blanca se declaró,
era Hana, su novia, y por lo que parecía SeungHo estaba muy enamorado de ella,
porque la cogió como los recién casados y la besó apasionadamente.
La estilista tuvo que
salir huyendo porque Anna y Javi la miraron de forma asesina en cuanto dio un
paso cerca de Mir, estos fans… que protectores… Ya no podía dormir, estaba
completamente desvelada, así que fue a ducharse, pero no pudo, porque en cuanto
entró vio algo que no tendría que haber visto, a Joon en la ducha y no estaba
solo, estaba con Tania. “Dios mío, esto parece un picadero” pensó Blanca
mientras salía corriendo del baño, aunque igualmente se alegraba por ellos.
No tenía nada que hacer,
así que pensó en ir a desayunar sola, ya que estaban todos bastante ocupados,
se vistió y se dirigió hacia la puerta.
- ¡Espérame! Que yo
también tengo que salir – dijo G.O mientras Blanca se giraba y lo veía
corriendo por el pasillo hacia su dirección.
El corazón se le aceleró,
no sabía por qué, pero volvía a pasarle lo mismo. Cuando G.O salió con ella por
la puerta le dijo que ya iban en coche, que pronto era el cumpleaños de Joon y
que él era el encargado esta vez de comprarle el regalo, que después ya irían a
desayunar donde Blanca quisiera. Blanca estaba nerviosa, sin entender el por
qué pero lo estaba, al igual que G.O, quien mientras iba conduciendo sentía
mariposas en el estómago al estar tan cerca de ella, todo era perfecto, aunque
estaba inquieto le encantaba quedarse a solas con Blanca, sobretodo desde ayer,
que la salvó de ese maldito.
Llegaron a la tienda, y
G.O fue directamente a comprarle el regalo que ya habían pensando, pero se dio
cuenta de cómo blanca miraba un collar con los ojos brillantes, pero al ver el
precio se desanimó y fue hacia el mostrador.
- V-voy adelantándome al
coche – dijo Blanca nerviosa, desviando la mirada.
G.O asintió con la cabeza
y cuando ella salió por al puerta fue a mirar el colgante que estaba mirando:
“No sé que extraña afición tiene por las cosas feas… aish, esta ardilla”.
Pero igualmente lo
compró, le iba a dar una sorpresa y hacerle un poco más feliz. Cuando llegó al
coche, un par de chavales estaban intentando entablar conversación con Blanca,
por lo que G.O aceleró el paso:
- Vamos bonita, enséñame
cosas occidentales – dijo uno de ellos.
- Sí guapa, vamos, si
quieres te podemos enseñar sitios interesantes, haremos que te lo pases bien –
dijo el otro mientras se acercaba más a ella.
G.O pasó como una
estrella fugaz, y en un par de movimientos se deshizo de ellos y protegió a
Blanca con sus brazos, mirándolos amenazante.
Los chicos se acojonaron
y salieron a toda prisa, justo entre los brazos de G.O ella se volvió a sentir
como en el día anterior, como si el mundo se parara, donde sólo importaba G.O…
Otra vez esa sensación que hacía que se sintiera confusa, todo era tan extraño…
G.O se movió y le sonrió:
- Te dije que no iba a
dejar que te pasara nada - le dijo él.
Blanca se puso tan
nerviosa que sólo pudo entrar deprisa al coche, por lo que G.O se volvió a
sentir mal, nunca conseguía ser cercano a ella y no entendía que hacía mal,
pero la amaba tanto que no iba a dejar de intentarlo.
Fueron a una cafetería a
desayunar, había tantos pasteles, tantas cosas buenas para comer… pero Blanca
no quería quedar como una glotona delante de G.O, así que pidió solamente un
café, pero él, que estaba realmente hambriento se pidió un batido y un pastel
de chocolate. Mientras desayunaban ella estaba en silencio, no sabía de qué
hablar, estaba tan nerviosa... “Que sexy está comiendo” pensó Blanca, pero al
darse cuenta de lo que había pensado miró hacia la ventana, por lo que G.O se
extrañó.
“Gruuuu” se oyó, era la barriga de Blanca, y se confirmó cuando ella
se puso roja, no podía ser que hubiera hecho el ridículo delante de G.O. Él se
rió, pero en el fondo sabía que tenía hambre, así que aprovechó ese momento,
quería acercarse a ella de alguna manera, cogió un trozo de su pastel y lo puso
delante de la boca de ella, la chica se lo miró pero le dijo que no con la
cabeza, entonces G.O fue insistiendo hasta que ella, llevada por el hambre y la
buena pinta del pastel, accedió y se lo comió. Durante varias veces le fue
dando el pastel en la boca y los dos pensaron lo mismo: “Parecemos novios”, por
lo que se ruborizaron y cuando se dieron cuenta de la situación se tensaron.
- Creo que es mejor volver
al piso, a lo mejor me necesitan – dijo Blanca.
- S-sí, además, puede que
M-Mir necesite ayuda con aquellos dos, puede que esté sin ropa – respondió G.O.
Durante el trayecto en
coche G.O intentaba mantener conversación con ella para romper la tensión del
ambiente, pero era imposible, Blanca estaba nerviosa y seria, no sabía que
sentía, así que no quería fastidiarla más.
Cuando llegaron Blanca se
fue directamente a su habitación a tumbarse en la cama y pensar en todo, lo que
incluía principalmente a G.O. Cuando le salvó de esos chicos su cara estaba seria, como si realmente le
importara Blanca algo más que como estilista, y además, la sensación era la
misma de ayer, notando que en ese momento sólo G.O importaba. Otra vez, otra
vez se puso nerviosa, pero sus pensamientos de cortaron cuando alguien llamó a
la puerta, y al abrir era él, el hombre que estaba en sus pensamientos, que
traía algo para ella en una cajita.
- Toma, para ti – dijo
G.O mientras le daba una caja envuelta en papel de regalo. Tuvo que armarse de
valor, porque cogió a Blanca por la barbilla y la besó suavemente en la mejilla – espero que te
guste.
Blanca no sabía como
sentirse, entró a su habitación, se sentó en la cama y se quedó mirando a la
pared, y pensando en el beso se tocó la mejilla, aún notaba sus labios, eran
suaves y cálidos. Siguiendo en estado de shock abrió la caja y allí estaba el
colgante que había visto en la tienda, G.O le había comprado ese colgante.
Su corazón empezó a latir
más y más rápido y sus ojos empezaron a llenarse de lágrimas, pero no eran
lágrimas de tristeza, eran lágrimas de felicidad, de amor. Lo que sentía era
amor.
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