sábado, 5 de mayo de 2012

EL PODER DEL AMOR

- Autora: Alba
- Tipo: serial MBLAQ

CAPÍTULO 11: ¿QUÉ ESTÁ PASANDO?


NOTA: Aunque en este capítulo no aparezca esa persona, Thunder ya está adjudicado XDDDD Mianhe!!!!! XDDDD

Blanca estaba tumbada en la cama, no se podía dormir, sólo podía pensar en lo de esta tarde, en como G.O la había sacado de las manos de Seung y la había protegido, como la había abrazado, su respiración, sus latidos….
A Blanca se le volvió a acelerar el corazón de nuevo, sólo de pensar en ello hacía que se ruborizara, se tapó la cara con la almohada e intentó calmarse de nuevo, pero no podía, la imagen de G.O no salía de su mente, no podía olvidar la manera en la que la cogió, como le dijo que no se fuera, su voz suave y firme… no podía.

Era por la mañana, y justo Blanca se había empezado a quedar dormida, pero algo la estorbó.

- ¡Qué lo sueltes, que es mío! – chilló alguien, la voz no le resultaba muy familiar.

- ¡Calla! ¡Es mío! ¡Y Mir también es mío, así que suelta eso! – chilló otra persona.

Blanca salió de la habitación y vio a un chico y a una chica peleándose mientras Mir los miraba y se reía, se estaban peleando por una camiseta de… Mir. ¿Pero qué narices? Si se estaban tirando de los pelos y todo. Cuando los dos se percataron de la presencia de la estilista, la miraron y se acercaron a ella:

- ¿Y tú quién eres? – dijeron a la vez, mientras cogían pose de ataque.

- Es Blanca, nuestra estilista jaja. Javi, Anna, tengo otra camiseta de sobras… si alguno de vosotros la quiere… - les dijo Mir mientras reía porque en cuando les ofreció otra camiseta fueron corriendo pisándole el uno al otro.

- Son los ganadores del concurso, la verdad es que llevamos un rato entretenidos con ellos, nos hacen caso a todos, pero tienen una extraña obsesión, ya lo ves, si se tiran de los pelos jaja – dijo SeungHo mientras aparecía por detrás de Blanca y apoyaba su brazo en la cabeza de ella a modo de hermano mayor.

- Ahhh… pues casi me pegan y todo, me parece que tendré que alejarme un poco de Mir jaja – respondió ella entre risas. Pero un momento… estaba relajada al lado de SeungHo, si últimamente sólo hacía que balbucear ante él y ponerme nerviosa, ¿Qué estaba pasando? No entendía nada.

Sin embargo no le dio mucho tiempo para pensar, porque alguien abrazó por detrás al líder, era una chica que le resultaba muy familiar. Siguió indagando un rato en su mente hasta que la recordó, era la chica de la foto del día en el que Blanca se declaró, era Hana, su novia, y por lo que parecía SeungHo estaba muy enamorado de ella, porque la cogió como los recién casados y la besó apasionadamente.
La estilista tuvo que salir huyendo porque Anna y Javi la miraron de forma asesina en cuanto dio un paso cerca de Mir, estos fans… que protectores… Ya no podía dormir, estaba completamente desvelada, así que fue a ducharse, pero no pudo, porque en cuanto entró vio algo que no tendría que haber visto, a Joon en la ducha y no estaba solo, estaba con Tania. “Dios mío, esto parece un picadero” pensó Blanca mientras salía corriendo del baño, aunque igualmente se alegraba por ellos.
No tenía nada que hacer, así que pensó en ir a desayunar sola, ya que estaban todos bastante ocupados, se vistió  y se dirigió hacia la puerta.

- ¡Espérame! Que yo también tengo que salir – dijo G.O mientras Blanca se giraba y lo veía corriendo por el pasillo hacia su dirección.

El corazón se le aceleró, no sabía por qué, pero volvía a pasarle lo mismo. Cuando G.O salió con ella por la puerta le dijo que ya iban en coche, que pronto era el cumpleaños de Joon y que él era el encargado esta vez de comprarle el regalo, que después ya irían a desayunar donde Blanca quisiera. Blanca estaba nerviosa, sin entender el por qué pero lo estaba, al igual que G.O, quien mientras iba conduciendo sentía mariposas en el estómago al estar tan cerca de ella, todo era perfecto, aunque estaba inquieto le encantaba quedarse a solas con Blanca, sobretodo desde ayer, que la salvó de ese maldito.
Llegaron a la tienda, y G.O fue directamente a comprarle el regalo que ya habían pensando, pero se dio cuenta de cómo blanca miraba un collar con los ojos brillantes, pero al ver el precio se desanimó y fue hacia el mostrador.

- V-voy adelantándome al coche – dijo Blanca nerviosa, desviando la mirada.

G.O asintió con la cabeza y cuando ella salió por al puerta fue a mirar el colgante que estaba mirando: “No sé que extraña afición tiene por las cosas feas… aish, esta ardilla”.




Pero igualmente lo compró, le iba a dar una sorpresa y hacerle un poco más feliz. Cuando llegó al coche, un par de chavales estaban intentando entablar conversación con Blanca, por lo que G.O aceleró el paso:

- Vamos bonita, enséñame cosas occidentales – dijo uno de ellos.
- Sí guapa, vamos, si quieres te podemos enseñar sitios interesantes, haremos que te lo pases bien – dijo el otro mientras se acercaba más a ella.

G.O pasó como una estrella fugaz, y en un par de movimientos se deshizo de ellos y protegió a Blanca con sus brazos, mirándolos amenazante.



Los chicos se acojonaron y salieron a toda prisa, justo entre los brazos de G.O ella se volvió a sentir como en el día anterior, como si el mundo se parara, donde sólo importaba G.O… Otra vez esa sensación que hacía que se sintiera confusa, todo era tan extraño…
G.O se movió y le sonrió:

- Te dije que no iba a dejar que te pasara nada  - le dijo él.

Blanca se puso tan nerviosa que sólo pudo entrar deprisa al coche, por lo que G.O se volvió a sentir mal, nunca conseguía ser cercano a ella y no entendía que hacía mal, pero la amaba tanto que no iba a dejar de intentarlo.
Fueron a una cafetería a desayunar, había tantos pasteles, tantas cosas buenas para comer… pero Blanca no quería quedar como una glotona delante de G.O, así que pidió solamente un café, pero él, que estaba realmente hambriento se pidió un batido y un pastel de chocolate. Mientras desayunaban ella estaba en silencio, no sabía de qué hablar, estaba tan nerviosa... “Que sexy está comiendo” pensó Blanca, pero al darse cuenta de lo que había pensado miró hacia la ventana, por lo que G.O se extrañó.
Gruuuu” se oyó, era la barriga de Blanca, y se confirmó cuando ella se puso roja, no podía ser que hubiera hecho el ridículo delante de G.O. Él se rió, pero en el fondo sabía que tenía hambre, así que aprovechó ese momento, quería acercarse a ella de alguna manera, cogió un trozo de su pastel y lo puso delante de la boca de ella, la chica se lo miró pero le dijo que no con la cabeza, entonces G.O fue insistiendo hasta que ella, llevada por el hambre y la buena pinta del pastel, accedió y se lo comió. Durante varias veces le fue dando el pastel en la boca y los dos pensaron lo mismo: “Parecemos novios”, por lo que se ruborizaron y cuando se dieron cuenta de la situación se tensaron.

- Creo que es mejor volver al piso, a lo mejor me necesitan – dijo Blanca.

- S-sí, además, puede que M-Mir necesite ayuda con aquellos dos, puede que esté sin ropa – respondió G.O.

Durante el trayecto en coche G.O intentaba mantener conversación con ella para romper la tensión del ambiente, pero era imposible, Blanca estaba nerviosa y seria, no sabía que sentía, así que no quería fastidiarla más.
Cuando llegaron Blanca se fue directamente a su habitación a tumbarse en la cama y pensar en todo, lo que incluía principalmente a G.O. Cuando le salvó de esos chicos  su cara estaba seria, como si realmente le importara Blanca algo más que como estilista, y además, la sensación era la misma de ayer, notando que en ese momento sólo G.O importaba. Otra vez, otra vez se puso nerviosa, pero sus pensamientos de cortaron cuando alguien llamó a la puerta, y al abrir era él, el hombre que estaba en sus pensamientos, que traía algo para ella en una cajita.

- Toma, para ti – dijo G.O mientras le daba una caja envuelta en papel de regalo. Tuvo que armarse de valor, porque cogió a Blanca por la barbilla y la besó  suavemente en la mejilla – espero que te guste.

Blanca no sabía como sentirse, entró a su habitación, se sentó en la cama y se quedó mirando a la pared, y pensando en el beso se tocó la mejilla, aún notaba sus labios, eran suaves y cálidos. Siguiendo en estado de shock abrió la caja y allí estaba el colgante que había visto en la tienda, G.O le había comprado ese colgante.


Su corazón empezó a latir más y más rápido y sus ojos empezaron a llenarse de lágrimas, pero no eran lágrimas de tristeza, eran lágrimas de felicidad, de amor. Lo que sentía era amor.




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